Batalla de Madrugada

Este fue un cuento corto que escribi hace 4 años, lo habia perdido y de pura casualidad lo encontre por ahi. Cualquier parecido con los relatos de Tolkien es pura influencia jejeje.

Batalla de Madrugada

Corría el viento raudo por las colinas de Nogodor mientras el sonar de los caballos retumbaba el otrora apacible valle, cinco figuras, visibles cada vez que un claro de luna se filtra entre las copas de los árboles, huyen a todo galope de las hordas de orcos que los siguen, cinco errantes sombras que tuvieron el valor de hacer lo que hicieron:

Encomendados por Isrha ,la reina de Al-Sabur , los valerosos Malaquir el Mago, Siferatos el Guerrero, Blados el Sacerdote, acompañados por Filibur y Rico los arqueros de la reina, se habían adentrado hasta las puertas de reino de Baido mas allá del paso que separa a la tierra de Nogodor de la tierra oscura, para obtener la Bandana Sagrada y así regresar los poderes místicos de Isrha y restablecer el poder del reino. Estos cinco valientes se enrolaron en esta cruzada aun sabiendo que la Bandana Sagrada reposaba en la cabeza de gigante Deimozamur, el señor de las tierras oscuras...

Ya dentro de la cámara de Deimozamur y luego de haber vencido a cientos de orcos en la más salvaje y sangrienta lucha que jamás se había transado en estas tierras, Malaquir, Siferatos, Blados, Filibur y Rico estaban frente a frente con la enorme bestia, -¡Me siento ofendido al haberme mandado Isrha 5 alfeñiques para derrotarme!-, vocifero Deimozamur. –¡así que lo tomare como un tributo y os voy a devorar sin compasión!-. A esto el sabio Blados respondió: -Solo aquel que se jacta de su tamaño y fuerza es el único que no conoce su pequeñez y debilidad-, y mientras decía esto e invocando las fuerzas de Efrit, el Maestro del fuego, hizo aparecer frente a Deimozamur un arcángel en llamas, y blandeando este su espada corto de un tajo la cabeza del gigante.

–Viva!, Hurra!, Ha muerto la bestia!- exclamo el pequeño Filibur mientras recuperaba la Bandana Sagrada de la cabeza del tirano, pero no había terminado de decirlo cuando del cuerpo de Deimozamur brotaron cientos de engendros cada uno de la mitad y un cuarto del tamaño del señor de las tierras oscuras. –Tontos insignificantes! Creéis que con esas supercherías podéis derrotarme?! Ahora pagaran caro su insolencia!- gritaron al unísono los engendros. Al ver esto Malaquir levantando su baculo conjuró de inmediato:

–Maldito seas señor oscuro, el poder de los contrarios será tu perdición!- y de inmediato caían sobre los ejércitos de criaturas el fuego de hielo conjurado por el poderoso Mago; Sin perder tiempo Siferatos el guerrero se habría paso entre las criaturas tratando de ganar la salida de la cámara del demonio, cortando en pedazos a todo a su paso con el hacha de
Astaroth su arma predilecta, sin embargo aun las criaturas que salían del cuerpo de Deimozamur eran en extremo demasiadas, -son muchos no tenemos oportunidad!- grito desesperadamente el joven Rico mientras atravesaba adversarios con sus flechas –No perdáis la fe- exclamo Blados, - ahora nivelaremos las fuerzas-,el sacerdote levanto sus manos y murmurando una invocación en las lenguas antiguas de los necromantes hizo resucitar del suelo maldito que pisaban sus pies a incontables legiones de guerreros muertos que sin vacilar y obedeciendo las ordenes de los poderes necrománticos de Blados se abalanzaban espada en ristre contra las criaturas que salen del cuerpo de Deimozamur.

-Eso no los detendrá por mucho tiempo!- grito Siferatos abriéndose paso entre los cadáveres vivientes, -deprisa, a los caballos!-. Rápidamente los cinco héroes montan sus corceles y de inmediato emprenden la agitada huida. Es aquí donde llegamos al principio de nuestro relato, donde los cinco héroes se encuentran atravesando el bosque en el valle de las colinas de Nogodor, detrás, cientos de orcos los persiguen, solo los salvara llegar lo más rápido posible a las puertas del reino de Al-Sabur y entregarle la Bandana Sagrada a la reina Isrha y así con su poder destruir de una vez a
Deimozamur y a sus horribles orcos.

Pero yo estoy muy cansado, son como las 5 de la mañana, el vino barato que compramos se acabo y la mayoría de mis amigos se durmió, definitivamente ya jugamos suficiente por hoy.